Laboratorio Clínico

RESEÑA HISTÓRICA DE LA ESPECIALIDAD LABORATORIO CLÍNICO

El Laboratorio Clínico se considera una disciplina antiquísima. Una representación muy usual de la práctica médica en la Edad Media fue la observación, por parte del médico, de un recipiente con un líquido biológico al lado de la cama del enfermo. De hecho, la actividad de laboratorista, fue asumida en un comienzo por los propios clínicos.
En los albores de la química analítica en los inicios del siglo XVII, aparece Robert Boyle (1627-1691), quien abrió el camino a la colorimetría y la espectrofotometría. En la misma época apareció el microscopio, segundo elemento emblemático del laboratorio clínico, cuyo valor se mantiene con creces, en la actualidad.

La fundación del primer gabinete histológico en La Habana en 1877, por el Dr. Felipe Rodríguez, sienta las bases para el inicio en Cuba de los servicios de laboratorio, siendo el primer laboratorio de nuestro país el Histo-Bacteriológico y Antirrábico de la “Crónica Médica-Quirúrgica de La Habana” fundado por iniciativa del ilustre oftalmólogo Dr. Juan Santos Fernández. Inaugurado en 1887 fue el primero de su clase establecido en América. En breve, a principios de siglo, se fundaron otros más: Laboratorios Wood (1901), Laboratorio Nacional (1902), fundado por el Dr. Diego Tamayo; Laboratorio Clínico Estrada Palma (1903), fundado por Emilio Martínez; el laboratorio de Martínez y Plasencia (1903); el del Dr. Matías Duque (1909) y el de Bluhme y Ramos en 1911. A estos laboratorios se debió en gran medida el progreso alcanzado por nuestra medicina en esta etapa, conocida por la Etapa de Oro de la Higiene y Epidemiología cubanas. Es válido destacar el papel de Carlos Juan Finlay en sus estudios hematológicos.

En un principio no existía en absoluto, prueba analítica de investigación de laboratorio que apoyara y diera seguridad a los diagnósticos. Con el tiempo, de aquellos primeros trabajos de laboratorio de investigación se fue llegando al laboratorio de rutina, aplicable al diagnóstico de las enfermedades.

De este modo el trabajo clínico fue haciéndose cada vez más fácil y seguro, puesto que el médico general dependía para sus apreciaciones de la seguridad de estas investigaciones de laboratorio. Y es así como, lentamente, se va estableciendo el laboratorio clínico como una de las especialidades médicas más amplias y difíciles y que exigen del médico una cultura, un sacrificio y un trabajo muy calificado.

Volviendo a los primeros pasos de la especialidad debemos recordar particularmente al profesor Emilio Martínez, el primero en Cuba y uno de los primeros en el mundo en aplicar los progresos científicos en la práctica del diagnóstico, pronóstico y tratamiento de los enfermos. Fue Emilio Martínez el fundador del primer Laboratorio Clínico oficial, Laboratorio Estrada Palma en el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, y quien explicó las primeras lecciones de microscopía y química clínicas. Escribió, además, un texto valiosísimo para la enseñanza de la materia.

El Laboratorio Clínico entra en Cuba en su fase plena el 17 de diciembre de 1945, fecha en que queda constituida la Sociedad Cubana de Médicos Laboratoristas Clínicos, cuyos estatutos originales fueron redactados por los Doctores. Recio, Sellek y Torra. En febrero de 1948 la Junta Nacional de Salubridad y Asistencia Social reconoció el Laboratorio Clínico como “rama exclusiva de la profesión médica” y en julio de 1949 el Ministro de Salubridad, Carlos Ramírez Corría sancionó ese acuerdo.

La Sociedad Cubana de médicos laboratoristas está representada por distintas secciones científicas. Ha organizado y celebrado congresos nacionales y regionales y participados en los congresos internacionales de la Sociedad Internacional de Patología Clínica. Los estudios de especialización se inician en Cuba con la inauguración del Instituto de Ciencias Básicas Victoria de Girón, en 1962.

Referente al laboratorio clínico en la provincia Holguín, desde antes de la Revolución, está presente en clínicas privadas como la clínica Frexes, donde hoy se encuentra la Dirección Provincial de Salud Pública, la clínica Avilés, donde radica la Facultad de Tecnología en la calle Arias, y la del Dr. Arés, en el actual Centro de Capacitación. También existían algunos laboratorios particulares y el del hospital Civil de la ciudad.

Con la inauguración del hospital Vladimir Ilich Lenin, el 7 de noviembre de 1965, vinieron médicos de distintas especialidades de la URSS que contribuyeron al funcionamiento del laboratorio de Bioquímica como el Dr. Pablo Savazky y la Dra. Valentina Balashova junto a especialistas cubanos. Este laboratorio contaba con 3 dependencias: un laboratorio de bioquímica, uno central y uno de hematología especial.

En el Hospital V I Lenin, en 1974 comienza el internado vertical de laboratorio clínico que fue impartido por la doctora guantanamera Yamilé Benavides Pompa. Estos primeros internos verticales graduados como especialistas de laboratorio clínico en nuestra provincia fueron las doctoras María Antonia García Tasé, Luz Irene Avilés y Carmen Rodríguez.

Participaron en la docencia desde sus inicios el Dr. Federico Ferrer Portuondo (fallecido), que se formó en Santiago de Cuba y comienza a trabajar como especialista de laboratorio clínico en el hospital Lenin en el año 1975 y el Dr Norberto Rodríguez. Se incorpora además  en el 1976 la Dra. Luisa López Osorio, actualmente radicada en La Habana. En el año 1978 se gradúan los primeros especialistas. Posteriormente los estudios se realizaron en la provincia de Santiago de Cuba.

En el año 2000 se acredita la especialidad en la provincia Holguín. Fue llevada a cabo por los doctores Maria Antonia Escobar Balboa y Luis Manuel García Niebla. La docencia comenzó en el 2002 pues no se incluían los dos primeros años (ciclo básico) de la especialidad, que se realizaban primeramente en Camagüey y luego en Santiago de Cuba. Formaron parte del claustro, además de los mencionados, las doctoras María Antonia García Tasé, Luz Irene Avilés,  Carmen Rodríguez, René Pérez, María de la Caridad Mengana Couto, José Antonio Del Campo Avilés e Iliana Hernández Ramírez (especialista en inmunología). Vale destacar el papel importante en nuestra provincia de la Dra. Esperanza Gillings Martínez, decana de nuestra especialidad, especialista de segundo grado, profesora auxiliar y presidenta de los tribunales estatales de la especialidad, actualmente fallecida.

En el año 2006 comienzan a desarrollarse todos los años de la residencia en Holguín.

Fuente: Dra. Kenia Tribin Rivero
Especialista de segundo grado en Laboratorio Clínico
Jefa de Departamento